En las filas para entrar a los supermercados hay más preocupación por comprar la cena de Navidad que por la pandemia de COVID-19, enfermedad que tiene a los hospitales del Valle de México en un estado crítico.
El anuncio conjunto de las autoridades de la Ciudad de México y del Estado de México de regresar al semáforo rojo y suspender las actividades no esenciales sólo puso en alerta a la mayoría de los ciudadanos, quienes han salido apresuradamente a hacer las compras navideñas: pavos, piernas de cerdo, romeritos, sidras, vinos, refrescos y regalos.
En un recorrido por tiendas de autoservicio del centro y sur de la capital del país, las largas filas de personas -en el primer fin de semana de regreso a semáforo rojo- fueron la constante; no había descuentos ni promociones, era la necesidad de comprar los insumos navideños.
“Ya sé que regresamos a rojo, pero no quiero que en la semana me cierren todo y me quede sin cena esta Navidad; además, traigo mi cubrebocas”, dice en un tono serio la señora Carolina, quien hace fila para entrar al súper en la zona de Buenavista.
INFORMACIÓN: EL HERALDO DE MÉXICO