
El arzobispo de Puebla, monseñor Víctor Sánchez Espinosa, condenó su preocupación por el aumento de la violencia en el país y ha pedido por la salud del joven Ernesto Calderón, quien fue víctima de una brutal golpiza a las afueras de la Isla de Angelópolis.
El líder religioso lamentó el incremento del desprecio por la vida humana, que se ha manifestado de manera preocupante en diversas regiones de México.
Sánchez Espinosa señaló que la violencia se ha vuelto un problema generalizado, afectando no solo a estados como Guerrero, Michoacán, Chihuahua, Guanajuato y Puebla, sino a toda la nación.
Enfatizó que estas actitudes cierran la puerta al perdón y fomentan un ciclo de violencia que afecta a la sociedad en su conjunto.
También hizo hincapié en que la ambición de poder y el deseo de dominio son motivadores de actos violentos, reflejando una triste realidad humana cuando se pierden los valores fundamentales que van más allá de la posesión material.