Joe Biden repitió una decena de veces su llamamiento a la unidad el pasado miércoles desde la escalinata del Capitolio de Washington, en su discurso de investidura como presidente de EE.UU.
Era lo que todo el mundo quería oír y lo que se esperaba de él. Dos semanas antes, ese mismo lugar había sido invadido de forma violenta y trágica por una turba de seguidores de Donald Trump para tratar de evitar la certificación de Biden como presidente en el Congreso.
Era la traca final del ‘trumpismo’, el punto culminante de la erosión democrática que ha supuesto para EE.UU.
la presidencia del multimillonario neoyorquino y la evidencia patente de la división y la polarización del país.
INFORMACIÓN: ABC