Quemaron un centro de pruebas PCR. Trataron de irrumpir en un hospital. Saquearon tiendas, marchándose con bolsas llenas de productos.
Quemaron contenedores, paradas de bus, coches y motos. Lanzaron a la carretera todas las bicicletas que se encontraron por su camino. Tiraron todo lo que tenían a mano a los agentes y convirtieron en un escenario de batalla campal a un país que estuvo durante horas.
INFORMACIÓN: EL MUNDO