Rovelie Zabala se encuentra en un avanzado estado de gestación. Espera su décimo hijo, una sorpresa concebida durante uno de los confinamientos más estrictos del mundo, el de Filipinas.
Durante nuestra conversación, la mujer de 41 años se inclina en un ángulo incómodo, apalancando la espalda para cargar su novena cría en brazos.
“Carl, Jewel, Joyce…”, a medida que Rovelie nombra sus hijos, Charlie, de 6 años, la arroja una mirada de desagrado a su madre. “Perdón, él se llama Charlie”, dice Rovelie inocentemente.
Rovelie ya tenía siete hijos antes de saber de planeación familiar, pero este último embarazo se dio durante los confinamientos, con soldados patrullando las calles en vehículos blindados, puestos de control policiales para restringir el movimiento con permiso para sólo un miembro de la familia de salir a comprar alimentos.
El confinamiento también significó que cientos de miles de mujeres no han tenido acceso a métodos de anticoncepción, con el resultado de situaciones de embarazos no planificados como el de Rovelie por todo el país.
INFORMACIÓN: BBC