Anónimos tras su mascarilla, socialmente distanciados y cada votante con su propio bolígrafo para evitar la propagación de virus, los portugueses se dirigieron este domingo a las urnas con el país colapsado por el Covid-19 para decidir el cargo de presidente.
Clara, una limpiadora ataviada con visera, mascarilla y un chaleco, informaba a los votantes que es parte del equipo de la mesa electoral de uno de los colegios del centro de Lisboa.
Su misión era entrar en la solitaria cabina de votación cada vez que salía un elector para limpiarla con desinfectante. “Sin una sola excepción”, advertía.
“A los que puedan y quieran votar, superen sus miedos”, declaró el actual jefe de Estado, reelegido por un 64% de apoyo con el 32% del escrutinio, Marcelo Rebelo de Sousa, tras haber votado él mismo en su bastión de Celorico de Basto.
“La votación va bien en todo el país, con distanciamiento, respeto a las normas sanitarias y paciencia por parte de los portugueses. (…) La gente puede votar sin ningún problema”, insistió. Los portugueses le han dado su apoyo muy por encima de sus rivales.
El actual presidente de Portugal, del Partido Socialdemócrata de centro derecha, arrasa en primera vuelta sin necesidad de acudir a la segunda. “Estoy aquí de las primeras en evitar los grupos y las colas”, contaba a la agencia Reuters Cristina Queda, de 58 años, que llegó a su mesa electoral en Lisboa nada más abrir a las 8 de la mañana. “Como la fecha de las elecciones al final no cambió, yo decidí llegar temprano para evitar las colas”.
INFORMACIÓN: EL MUNDO